Net zero en América Latina necesita cuatro veces más biocombustibles

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Net zero en América Latina – Lograr la neutralidad de carbono para 2050 requerirá que América Latina y el Caribe incrementen en un 360% la producción de biocombustibles líquidos, alcanzando casi 173 millones de litros, según estima la Organización Latinoamericana de Energía (Olade).

En una nota técnica (.pdf) publicada este lunes (24), el organismo intergubernamental de cooperación mostró que la región contribuyó con el 27% de la producción mundial de biocombustibles líquidos, con Brasil como principal actor (93% del mercado regional).

La experiencia con etanol y biodiésel se considera una ventaja competitiva, junto con la disponibilidad de materias primas y capacidad agroindustrial, para abrir nuevas oportunidades que surgen con la transición energética.

Al mismo tiempo, es necesario avanzar en cuestiones como el financiamiento a lo largo de toda la cadena productiva y la cooperación regional en investigación, innovación y certificación.

“Los biocombustibles de bajo carbono están emergiendo como una solución clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), especialmente en sectores con baja viabilidad de electrificación, como transporte pesado, aviación y transporte marítimo”, señala el documento.

Uno de estos mercados es el de combustibles sostenibles para aviación (SAF, por sus siglas en inglés). Se proyecta que la demanda para abastecer el sector aéreo supere, a nivel mundial, los 400 mil millones de litros hacia mediados de siglo.

“Para los países latinoamericanos, la producción y suministro de SAF representa una oportunidad estratégica. A medida que Corsia avanza, la región necesita reforzar su capacidad productiva para abastecer el tráfico intra-regional e internacional”, señala Olade.

En expansión

Entre 2013 y 2023, la producción de biodiésel en América Latina y el Caribe creció un 163%, mientras que el bioetanol registró un aumento del 36%. Para Olade, este crecimiento refleja el dinamismo del sector y la implementación de políticas públicas, como la obligatoriedad de mezclas de biocombustibles en varios países.

El documento también destaca los desafíos pendientes para la región, como la necesidad de fortalecer los marcos regulatorios para la sostenibilidad, optimizar la infraestructura logística y garantizar la trazabilidad de la cadena productiva, especialmente si se desea exportar.

“La expansión del sector estará condicionada al cumplimiento de requisitos de sostenibilidad cada vez más exigentes en los mercados internacionales. Factores como el cambio indirecto en el uso del suelo, la pérdida de biodiversidad, la gestión de subproductos o residuos y la posible competencia con cultivos alimentarios representan desafíos que requieren atención”, observa.

“Además, la aparición de tecnologías disruptivas y otras fuentes de energía renovable podrían alterar el equilibrio actual del mercado”, alerta.