Revista Lubes em Foco edición 91
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Aditivos marinos
Los últimos ocho años han sido extremadamente desafiantes para la industria naviera. En primer lugar, la Organización Marítima Internacional (OMI) inició un projecto para disminuir las emisiones reduciendo los niveles de azufre en los combustibles marinos. La fecha de implementación de 2020 coincidió con la pandemia global, que paralizó al mundo. Ahora, a medida que la industria continúa recuperándose, estamos entrando en un nuevo período de cambio a medida que se intensifican los esfuerzos para descarbonizar la flota marítima internacional.
Superando los desafíos de la reducción de azufre
A medida que se acercaba la fecha límite de reducción de azufre de la OMI de 2020, fuimos testigos de una incertidumbre significativa en la industria sobre si continuar utilizando combustibles con alto contenido de azufre con un depurador de gases de escape o cambiar a fueloil con muy bajo contenido de azufre (VLSFO). Teniendo en cuenta que la diferencia de precios entre los combustibles con alto y bajo contenido de azufre se estaba reduciendo, la mayoría optó por la segunda opción.
Anticipándonos a este resultado, identificamos los desafíos críticos de rendimiento asociados con el uso de VLSFO: estabilidad de asfaltenos, lubricidad y manejo de cera, y se desarrollaron productos marinos rentables en estas áreas. Estos combustibles garantizaban que fueran aptos para su propósito y ayudaron a los operadores de embarcaciones a reducir los costos de mantenimiento y el tiempo de inactividad, al tiempo que mejoraron la eficiencia del motor, lo que permitió a la flota cambiar a estos combustibles de combustión más limpia con confianza.
En los últimos años, se han reforzado otras regulaciones de emisiones y se han implementado aditivos para combustibles que podrían generar reducciones tangibles en las emisiones de NOx y carbono negro.
Ahora, la industria del transporte marítimo está intensificando sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), con objetivos de la OMI establecidos para 2030 para reducir las emisiones de CO2 y para un uso del 5-10% de tecnologías netas cero, en apoyo de su ambición de lograr cero emisiones netas de GEI mediante: o cerca de 2050. Eso puede parecer muy lejano, pero la magnitud del desafío significa que el cambio tiene que comenzar ahora.
La jornada de la descarbonización
En el camino hacia la descarbonización, la OMI está introduciendo una serie de medidas para controlar y reducir las emisiones de carbono. El primer informe anual de intensidad de carbono se completará en 2024 y las primeras calificaciones de la A a la E se publicarán a finales de este año
La industria está evaluando la mejor manera de garantizar que los buques alcancen y mantengan una calificación C o mejor, sin aumentar significativamente los costos operativos. Estos aditivos a base de combustible fáciles de implementar no solo ofrecen una forma inmediata y sin gastos de capital de reducir el consumo de combustible de la embarcación (lo que contribuye a mejorar la clasificación CII), sino que también ayudan a reducir otras emisiones importantes, como el NOx.