Aceite vegetal en maquinaria agrícola
Aceite vegetal en maquinaria agrícola – No es nuevo que los agricultores brasileños utilicen aceites vegetales – incluido el aceite de soja comprado en el supermercado – en motores de tractores y maquinaria agrícola, en sustitución del diesel derivado del petróleo, insumo que representa una parte significativa de los costos de estos productores.
Sin embargo, la solución no es la recomendada por los especialistas, porque los residuos generados en la combustión del aceite vegetal, entre otros factores, dañan estos motores construidos para usar diésel.
Ahora, un motor modificado y correspondiente adecuación de combustible desarrollado por un investigador del Departamento de Ingeniería Mecánica (DEMec) de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) puede significar la factibilidad de esta alternativa.
El motor, alimentado por aceite de soya calentado y etanol altamente hidratado -etanol mezclado con agua-, representaría no solo la posibilidad de autoabastecimiento para el productor rural, sino también una alternativa más adecuada ambientalmente, por ser una fuente renovable y, también, por su reabsorción del dióxido de carbono generado en la combustión de la siguiente cosecha, vía fotosíntesis.
La tecnología es parte de un programa de investigación que también busca otras alternativas bioenergéticas para reemplazar los combustibles fósiles, como, por ejemplo, la producción de queroseno de aviación renovable.
Dirigida por Márcio Turra de Ávila, profesor de DEMec, la investigación que resultó en el motor de aceite de soja se desarrolló durante su pasantía posdoctoral en la Escuela de Ingeniería de São Carlos (EESC) de la Universidad de São Paulo (USP).
Una de las posibilidades para reemplazar el diesel derivado del petróleo es el biodiesel. Sin embargo, su proceso de producción también es costoso. Los aceites vegetales, a pesar de ser más baratos, presentan dificultades técnicas derivadas de su viscosidad, que, en la solución desarrollada por el investigador de la UFSCar, fue rebajada por el calentamiento a partir del rechazo de calor por parte del motor.
Esta modificación, asociada al uso de etanol mezclado con agua, resultó, en las pruebas realizadas, en una eficiencia similar a la del motor diesel de petróleo, con un buen nivel de combustión y reducción en la emisión de casi todos los contaminantes.
La tecnología ha sido patentada y aún se necesitarán pruebas de campo, con máquinas operando durante unos miles de horas, para demostrar su plena viabilidad. Sin embargo, en los últimos años, las fluctuaciones del mercado internacional asociadas a las condiciones climáticas y, principalmente, a la pandemia, han aumentado considerablemente el precio del aceite de soja en Brasil, alejando a potenciales socios para realizar estas pruebas. “Además del tema ambiental, de la economía y del tema estratégico de dominar la producción de energía en nuestro propio país, también hay un aspecto social importante, por los empleos que se generan en la cadena agrícola. Por eso, seguimos confiando en el valor de la tecnología”, dice Ávila.