ASG Una agenda necesaria, urgente y positiva

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ASG Una agenda necesaria

Una agenda necesaria – Al pensar en la estructura y el contenido de este artículo, el mundo todavía está experimentando una importante crisis sanitaria, económica y social. El nuevo coronavirus (Covid-19) sigue cobrando vidas, familias e historias, promoviendo el empobrecimiento de millones de personas y ampliando las desigualdades sociales en el planeta.

En enero de 2019, antes del brote de casos de Covid-19 en el mundo, el Foro Económico Mundial, en colaboración con el Harvard Global Health Institute, publicó un libro blanco en el que advertía de los riesgos económicos y sociales que las pandemias causarían a las naciones. en los próximos años. En ese momento, la organización señaló la necesidad de esfuerzos por parte de la comunidad empresarial para gestionar los riesgos de una pandemia. Se estimó que las pandemias podrían causar pérdidas financieras anuales del 0,7% del PIB mundial, algo alrededor de US $ 570 mil millones. Pero, en el contexto actual, ese número podría ser mucho mayor. Y la estimación es que el número de personas en extrema pobreza llegará a los 150 millones este año.

En este escenario, los temas relacionados con la salud y seguridad de los trabajadores, la cultura organizacional, la comunicación con los grupos de interés, muchos de ellos directa e indirectamente afectados por la pandemia, y la propia responsabilidad corporativa, intensificaron la agenda de los tomadores de decisiones en las organizaciones. Ante la creciente presión de los inversores, los medios de comunicación y la sociedad por una agenda de integración de los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en los negocios, más organizaciones han destacado la importancia del tema para crear valor a largo plazo y mejorar la gestión de riesgos. Reputación corporativa y relaciones con proveedores de capital.

Una agenda necesariaPero, ¿cuáles son los aspectos ESG y cómo se relaciona esto con la gestión de la organización? La analogía del iceberg es buena para aclarar esta relación: la parte emergente representa lo que todos estamos acostumbrados a encontrar en una organización, estados financieros y balances. En la parte sumergida encontraremos todos los aspectos movidos con el objetivo de crear los valores financieros representados en la parte sumergida. La analogía establece una clara relación de dependencia en la creación de valor financiero de una empresa y los aspectos ESG que sustentan este proceso. Y es evidente que la gestión empresarial que integra aspectos ASG no es más que una gestión robusta, con una buena gestión de los riesgos directos o potenciales.

Aunque estamos hablando mucho del tema en este momento, el tema no es nuevo. No hay una fecha de inicio acordada, pero el accidente del Exxon Valdez en 1989 en Alaska fue uno de los hechos relevantes de este movimiento. En ese momento, los inversionistas institucionales que tenían recursos asignados a esta empresa, se dieron cuenta de que sus procesos de inversión estaban incompletos. Además de la información financiera que normalmente se usa para valorar una empresa, entendieron que para una mayor precisión en el análisis, se necesitaba más información sobre “cómo” se crean los valores financieros y que “cómo” son los aspectos ESG.

Los aspectos ASG existen en todas y cada una de las organizaciones, lo que no existe es la práctica de medirlos, monitorearlos y relacionarlos con el valor financiero creado por la organización. Muchas organizaciones terminan perdiendo valor financiero o económico por la mala gestión de estos aspectos, que terminan convirtiéndose en multas, juicios laborales, horas detenidas por protestas de la comunidad circundante, devaluación de marca por acciones ilegales, etc. A su vez, una buena gestión de estos aspectos promueve el compromiso de los trabajadores resultando en una mayor motivación y una mejor producción; una buena gestión de proveedores puede garantizar la estabilidad del suministro además de la calidad del producto, la puntualidad, etc .; Las políticas y procedimientos ambientales evitan desperdicios, multas, accidentes o incluso desastres. Por tanto, no existe una dicotomía entre ESG y competitividad. La integración de ASG es competitividad en el contexto empresarial actual y ganará cada vez más fuerza en el futuro.

Si hace poco tiempo los debates sobre los límites planetarios se restringían a los círculos de ONG, hoy vemos cada vez más gobiernos, empresas y proveedores de capital con una clara comprensión de estos temas con el éxito de los negocios. Algunos ejemplos entre muchos:

Lea el resto de este artículo en la revista LUBES EM FOCO – edição 82 en español, presentada a seguir:



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